El proceso de globalización se ha profundizado aceleradamente en las dos últimas décadas, lo cual contribuye, en teoría, al crecimiento económico y al bienestar social al generar una mayor eficiencia productiva en un ambiente de competencia
. Perola teoría misma también presupone, o exige, una serie de condiciones para que las bondades del esquema de competencia se hagan efectivas. En primer lugar, se han destacado las ventajas comparativas y competitivas, estudiadas por las teorías del comercio y de la organización industrial. Pero se deben destacar, además, las condiciones macro y la política económica, las cuales resultan profundamente afectadas por la globalización. El principal mecanismo lo constituye, talvez, el impacto que tiene la inserción en los mercados internacionales de bienes y de capital sobre la estabilidad macroeconómica y, en esta medida, sobre el crecimiento económico
De allí la importancia de contar con herramientas y políticas adecuadas para potenciar los efectos positivos de la globalización y mitigar aquellos adversos sobre el desempeño económico.
Esto equivale, en general, a garantizar condiciones iniciales apropiadas para la competencia que fortalezcan la estructura económica y social, así como un manejo macroeconómico acorde con la movilidad del capital y los requerimientos de inversión La política económica constituye el eje para la construcción de dichas condiciones, mediante la búsqueda simultánea de los objetivos de estabilización y crecimiento. El primer factor se encuentra asociado con cambios transitorios en ocupación y precios a lo largo del ciclo económico; el segundo, en contraste, constituye el componente de largo plazo del manejo macroeconómico.
Respecto de la política de estabilización, un entorno globalizado imprime fuerzas adicionales de carácter muy diverso que determinan la política económica y acentúan los movimientos en los precios o en los flujos financieros, lo cual resta discrecionalidad al manejo de la política. Ello resulta especialmente cierto con motivo de la liberalización de las cuentas corriente y de capital de la balanza de pagos, debido a lo cual la afluencia de capitales afecta el tipo de cambio y condiciona las posturas monetaria y fiscal.